Cada vez está más cerca el verano, meses en los que las varices y la circulación empiezan a aumentar sus síntomas: el calor, estar más tiempo tumbado o sentado… La salud de nuestras piernas no debería ser algo que olvidamos según en la época del año en la que estemos, ¿no?
Más allá de la subida de las temperaturas, hay un factor clave para que nuestra circulación sanguínea no empeore: desechar el sedentarismo. Las piernas son nuestra forma de desplazarnos pero como herramienta, hay que cuidarlas, ¿qué os parece si damos un paseo? Resulta que esta actividad de bajo impacto tiene múltiples beneficios para la salud: mejora nuestra salud cardiovascular, mejora la capacidad de la musculatura cardíaca, fortalece los músculos de las piernas y la densidad ósea, no es agresivo para las circulaciones…
Teniendo en cuenta estos beneficios y aplicados a la mala circulación o a la existencia de varices en las piernas, caminar puede ayudarte a reducir el dolor. Esto sucede ya que al caminar fortalecemos las musculatura cardíaca y ayuda a impulsar la sangre hacia arriba, mejorando el retorno venoso. Este deporte de bajo impacto hace que nuestras piernas no sufran los golpes secos que reciben, por ejemplo, al correr.
Una vez que nos hemos puesto en marcha se recomienda andar o bien media hora seguida o bien dos periodos de cuartos de hora. No te olvides de hidratarte por dentro y por fuera, masajear tus piernas al terminar y sobre todo: disfrutar.