¿Qué calzado debo usar para no empeorar la situación de las varices?

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Hace poco hablábamos de cómo compaginar la moda con las varices. Pero, como estaréis pensando, la moda no se limita a la ropa sino también al calzado y otros complementos. Pues bien hoy vamos a hacer un repaso por las tendencias de zapatos, cuáles benefician y cuáles perjudican a las varices y sus síntomas.

Las cualidades que tiene que tener un zapato para que no sea perjudicial para la circulación sanguínea, y por tanto para las varices, son las siguientes:

Debe ser lo suficientemente amplio para que no oprima el pie.
No se recomienda usar un calzado demasiado plano.
Pero tampoco con un tacón superior a 3-4 cm de altura.

Seguir estas recomendaciones facilitará el retorno venoso aliviando la sensación de hinchazón en las piernas. Pero no por ello debes dejar de seguir las corrientes y tendencias de la moda actual.

Este verano 2017 se llevan las zapatillas con un poco de plataforma de esparto, simulando la suela de unas alpargatas. Además, las puedes calzar en colores metalizados que son tendencia. Con suela de esparto también encontramos las alpargatas con un poco de cuña, recuerda que no debe superar los 4 cm de altura. Este tipo de zapatos son un must para este verano, además de cómodo es un calzado todoterreno: puedes usarlo tanto para ir a trabajar, como para ir a la playa o salir a tomar algo con los amigos. Según qué tipo de cuña escojas y con qué vestimenta lo calces puedes conseguir un look más formal o más informal.

Por otro lado están causando mucho revuelo los zapatos slingbacks. En este caso hay que vigilar la altura del tacón, ya que a pesar de que generalmente la altura no supera la recomendada hay algunos modelos que alcanzan los 7-8 cm. Estos zapatos puedes usarlos para ir a cenar, una comida más formal o para ir a trabajar.

Con las chancletas y otros tipos de calzado hay que tomar la misma precaución de la altura. Pero además, debes tener en cuenta que la anchura del pie con el calor aumenta y por ello debes usar zapatos que no aprieten demasiado, ni recalienten en exceso para evitar así la pesadez de las piernas.