Seguro que habéis oído en muchas ocasiones que caminar es muy bueno para el retorno venoso y aliviar así los síntomas de la insuficiencia venosa. Antes de meternos en materia, vamos a ver cómo funciona dicho mecanismo.
Antes de nada, debemos saber que la sangre retorna al corazón a través del sistema venoso. Pero no solo se encarga de eso el sistema, también funciona como reservorio de agua, controla el volumen, y tiene función termorreguladora.
Dentro del sistema venoso tenemos las válvulas venosas. Si tenemos en mente el concepto de la gravedad, cuando estamos de pie, la sangre no debería avanzar hacia el corazón, ya que lo normal sería que cayese hacia abajo. Gracias a estas válvulas es posible que la sangre retorne al corazón. Cuando el retorno venoso no es eficaz se puede producir dolor de piernas, hinchazón e incluso varices.
¿Sabíais que las venas tienen una capa muscular? Esta capa influye en el retorno venoso pero a diferencia de los demás músculos del cuerpo, no podemos trabajarlos.
Dicho lo anterior, vamos ahora con la pregunta que hemos destacado en el título del artículo. ¿Por qué es beneficioso caminar para combatir los efectos de la insuficiencia venosa?
Cuando andamos, se activa lo que se conoce como bomba muscular, un mecanismo de contracción muscular seguida de relajación que facilita el flujo sanguíneo hasta el corazón. La llamada bomba muscular ayuda junto con las válvulas al correcto retorno venoso.
En el momento de la sístole (Relajación del músculo cardiaco y llenado del mismo), se produce la Vis a Tergo, que es el efecto de aspiración del corazón como consecuencia de llenado del mismo. La sangre retorna al corazón.
Ya habéis visto cual es el porqué de que caminar sea beneficioso para el retorno venoso. Esperamos que saquéis un ratito todos los días para dar un paseo.